Con María José Bravo, doy gracias al Señor por todo

Me gustaría que mi vida fuera una continua y constante acción de gracias. Mi madre me enseñó que la vida se debe vivir desde a gratuidad y desde la acción de gracias. Da gracias por todo, me decía ella. Y es vedad. Estamos en la vida regalados por Dios para ser regalo para otros, y todo lo que se nos ofrece, o se nos da, desde la mañana a la noche, es regalo eterno del amor infinito y fiel de Dios.

Bendigo a Dios, a la vida, a mis padres y hermanos, a mis amigos, a toda mi familia y a la Congregación por todo lo que me han dado a lo largo y ancho de la vida, y DOY GRACIAS DE TODO CORAZON POR TODOS LOS GESTOS DE AMOR RECIBIDOS, QUE EN MI VIDA SON MUCHOS.

Deja un comentario