Mañana es el día de todos los santos…

images8FTQ761FMañana es el día de todos los santos. El el día, por tanto, de mi madre, una gran santa, en quien yo conocí cuál es el camino verdadero de la santidad de una persona. También mi padre fue santo, pero, por desgracia, no tengo recuerdos de El.

Santos son los que están en el cielo, entre los brazos maternos de Dios. Recuerdo que un día, en el que yo tenía una angustia muy grande, pensando en el momento en el que mi madre se iría para siempre, tenía tristeza, de pronto, en la oración, sentí una voz interna muy fuerte y nítida que me decía: No temas, yo amo a tu madre más que tú. El día de su partida yo vendré y me la llevaré en mis brazos de Buen Pastor. Esta inspiración me acompañó durante tiempo hasta que ella se fue.

El día de su muerte, al llegar a la habitación donde yacía su cuerpo inerte  y, al mirarla a la cara, tuve otra inspiración. La misma voz de aquel día me decía: No está aquí, yo me la he llevado en mis brazos de Buen Pastor. Está conmigo en el cielo. Y al quejarme ante el Señor por qué no me había permitido estar a su lado en el momento de su tránsito, algo que le había pedido siempre, me contesto: Estaba yo, y te basta. Por estas inspiraciones sé que ella está allí, en el cielo, en los brazos de Dios, gozando de la vida y del Viviente. Y en los días sucesivos a su muerte, sentía en mi corazón su voz que me decía: No sufras, hija mía, estoy en el cielo, estoy en el Señor… por eso estoy también contigo. Con vosotros. Estas experiencias fueron tan hondas y tan fuertes que no pueden no ser verdad. Por eso sé que mi madre está en el cielo y que es SANTA, SANTA ENTRE LOS SANTOS DE DIOS. Hoy la honro junto a mi padre porque tengo mucho que aprender de ellos en este camino hacia el cielo. Bienaventurada tú, mamica, porque creíste que todo lo que se te había dicho de parte de Dios se cumpliría en tu vida.

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